Pujanza y la regla de las dos tortillas
Todos sabemos lo importante que son las personas en las empresas. En Pujanza estamos orgullosos del equipo humano que tenemos y de las relaciones personales que se han creado dentro de él.
¿Cómo conseguimos tener un equipo cohesionado y con buen ambiente?
Pujanza es muchas cosas. Es un proyecto personal, un reto constante, unos vinos increíbles, un paisaje … pero también es un equipo humano con un alto sentido de pertenencia a la empresa y a la marca. ¡Somos todos Pujanzistas de pro!
Nos sentimos afortunados por trabajar en un mundo que nos gusta y que resulta tan gratificante, con un entorno absolutamente privilegiado que disfrutamos a diario y con unos compañeros que habitualmente se convierten en amigos.
Las grandes ideas y los grandes proyectos no podrían salir adelante sin las personas que hay detrás de ellos. Y por ello es fundamental cuidarlas y motivarlas. Este año ha supuesto todo un reto en este aspecto. En Pujanza estábamos acostumbrados a juntarnos todos a las 10 en torno a una mesa y compartir café, actualidad, temas de trabajo… con buen ambiente y habituales risas. Pero la pandemia nos separó. Envió a algunos compañeros al teletrabajo y, a los que quedaron en bodega, las medidas anticovid no les hacían posible compartir espacio. Así que nuestro preciado café quedó suspendido por un tiempo. Ya lo estamos retomando, sin compartir mesa, pero sí conversación, y después de este tiempo lo vivimos como un premio.
Jeff Bezos, CEO de Amazon y hombre más rico del mundo, tiene una regla para construir equipos productivos: la regla de las dos pizzas. Según Bezos, los equipos deben ser suficientemente reducidos para que sea posible compartir dos pizzas durante el encuentro y que surjan ideas productivas para innovar y sorprender a los clientes. Debe ser por esto que en Pujanza nos va bien. Lo único que en vez de pizzas nosotros compartimos dos tortillas de patata y a veces unas chuletillas al sarmiento, por supuesto, siempre bien acompañadas con nuestros maravillosos vinos. Y además de generar ideas, disfrutamos del momento. ¿Afortunados? Mucho.